miércoles, 10 de octubre de 2012

Desaparecí esperando


Desaparecí esperando

Aquella tarde mi vida se había inundado,
la montaña se había distorsionado
al igual que mi corazón
cuando echaba lágrimas por mis ojos.

Nadaba en un profundo océano,
donde no quedaban peces ni ballenas,
donde toda la felicidad había huido
alejándose del futuro de aquella sirena.

Tanto mi silla como mi mente
se habían mojado,
no solo por mis gotas de sangre
sino por caer aquella gota que colmaba el vaso.

Aguanté y sufrí
en un solitario pensamiento,
esperando que alguien se acercara a mi,
preguntando que a que se debía tanto silencio.

Me desgastaba y me rompía
como las cosas mal usadas,
todo lo contrario fueron mis palabras
que no fueron ni estrenadas.

Aquella silla envejeció,
al igual que la habitación que me soportaba,
de aquella ventana se borró
todo aquello que yo esperaba.

Ana del Amor Martínez

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